Aunque para nosotros, los humanos, resulte repugnante e incomprensible, la coprofagia en perros –o sea, que coman heces, hablando claro- es un comportamiento natural. Así que si tu perro se relame después de un banquete que a ti te parece de lo más asqueroso, al menos ahora puedes empezar a pensar que la cosa no es tan grave.

Sin embargo, aunque natural, la conducta coprófaga a veces viene originada por causas nutricionales, médicas o comportamentales que sí son preocupantes. Por eso, vale la pena conocer un poco más acerca de ella.

Como hemos explicado antes, la coprofagia canina es una conducta natural y no una patología o un trastorno. De hecho, la propia madre se ocupará de comerse las heces de sus cachorros, una vez haya parido y hasta que éstos sean capaces de orinar y defecar fuera del nido. De esta manera, lo mantendrá limpio.
Sin embargo, la coprofagia en perros no se limita a las madres con sus cachorros. En realidad, existen tres tipos: la autocoprofagia, cuando el perro se come sus propios excrementos; la coprofagia intraespecífica, cuando lo que ingiere son las heces de otros perros; y la interespecífica, cuando come heces de otras especies, por ejemplo, de gatos (un caso bastante frecuente).

Causas

Es cierto que no hay estudios científicos que determinen el origen de la coprofagia, pero algunas causas suelen ser frecuentes. Repasemos las más comunes:

–          Nutricionales: la falta de nutrientes y micronutrientes esenciales, vitaminas y/o minerales.

–          Médicas: trastornos digestivos de asimilación, como pueden ser una insuficiencia pancreática, síndrome de mala absorción intestinal, parasitismo intestinal, diabetes, hipertiroidismo, etc.

–          Comportamentales: estrés, aburrimiento, aislamiento y soledad, síndrome de privación de la libertad, etc. En todos estos casos, el perro puede encontrar un estímulo o una diversión en la ingestión de heces. Si no, imaginemos cuántas diversiones encontraríamos nosotros si nos dejaran un montón de horas solos en casa, si nada que hacer, o si nos encerraran en la jaula de algún refugio, privados de libertad. Tal vez también acabaríamos “jugando” con lo primero que encontráramos.

Pero más allá de estos tres tipos de causas existe también una última, mucho más simple y llana: a los perros les gustan las heces y disfrutan comiéndolas. Sin más.

Tratamiento

En cualquier caso, y sea cual sea la causa, si no quieres que tu compañero de cuatro patas, al que luego acaricias y das besos, llegue con restos “sospechosos” en su hocico, no desesperes. Hay alternativas para corregir la coprofagia.

Vamos a ver, de forma muy sintetizada, qué tratamientos suelen ser efectivos, aunque lo mejor es que siempre consultes con tu veterinario y tu etólogo antes de actuar:

Para la coprofagia comportamental: mejora las condiciones de vida en cuanto a la higiene del lugar en el que tu perro pasa la mayor parte del tiempo y retira las heces rápidamente si es que defeca allí. Llévale a hacer ejercicio, estimúlalo mentalmente con juegos que le hagan pensar, etc.

Una vez mejorado su ambiente, prueba a administrarle un premio justo al defecar para incitar a que el animal espere esa recompensa antes de comerse sus heces.

Si esto no funciona, también puedes colocar alguna sustancia aversiva (por ejemplo, unos granos de pimienta) sobre los excrementos para hacerlos desagradables al gusto. Vigila con esto y no utilices nunca nada que pueda envenenar a tu perro!

El contracondicionamiento con correa también funciona bien: enseña a tu perro a mirarte cuando lo llamas y así evitarás que vaya rápidamente a comerse sus heces desviando su atención.

En cualquier caso, si la razón de la conducta coprófaga es un trastorno médico o nutricional, sólo tu veterinario te podrá ofrecer una solución.

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9 Comments

      • A mi perra desde que le doy happy dog little Irlanda y happydog little novazelanda, (cada 2,5kg valen 17€), ha empezado a comer sobretodo cacas de gato, pero en cuando la empiezo a pasear por el bosque se come las cacas de conejo y de caballo. No creo que tenga una conducta de imitación, porque siempre paseamos por el bosque y no he recogido nunca sus excrementos(ya que los hace en cuanto llegamos al bosque), y tampoco creo que sea por llamar la atención…puesto que está todo el día conmigo y tenemos nuestros ratos de juego, (como mucho se queda 1 hora sola.) Me gustaría saber que puedo hacer para evitar que coma sobretodo las cacas de gato y las cacas de conejo, caballo y de cualquier animal que haya dejado sus heces en el bosque. Ya que normalmente me enfado, y ella se escapa de mi con la caca en la boca y la cola entre las patas. ALGUIEN SABE QUE PUEDO HACER Y SI LE TENGO QUE DAR PASTILLAS DE LA DESPARASITACIÓN INTERNA (aunque no le toque todavía) para evitar enfermedades?

        • Hola SOS,
          Por lo que explicas, parece que la coprofagia de tu perra se inició coincidiendo con un cambio de pienso, ¿verdad? Tal vez el origen fuera una carencia nutricional, entonces. De todas formas, ahora puede haberse convertido en un hábito.
          Yo te recomiendo que consultes primero con tu veterinario para descartar una causa orgánica. Piensa que si es un problema relacionado con la carencia de algún nutriente, podría ser que un cambio de pienso fuera la solución más sencilla.
          Si el veterinario descarta ese factor, entonces tendrías que hacer un trabajo de discriminación. Eso quiere decir que deberías trabajar ejercicios con la perra en los que la enseñaras a acabar prefiriendo el premio que tú le vas a ofrecer si no come las heces antes que las propias heces. Es un trabajo que requiere paciencia, y lo mejor será que alguien te ayude a pautarlo, pero trabajando bien puedes conseguir muy buenos resultados.
          En cualquier caso, por ahora yo lo que no haría sería reñir a la perra cuando la «pescas infraganti». Te lo digo porque sólo conseguirás que se aleje de ti intentando escapar y pruebe a ingerir las heces más rápido, por miedo a que se las quites. Intenta anticipar cualquier situación de riesgo llamándola antes de que tenga posibilidad de abalanzarse sobre cualquier «manjar».
          De todas formas, si puedes, contacta con un etólogo/a para que te ayude. Dónde vives? Quizás te puedo recomendar alguno.
          Un saludo,

  1. Os agradezco el artículo ya que llevo días y días buscando información sobre este tema
    Tenemos un galgo y en cuanto lo soltamos por un camino cerca de casa, sin riesgos de coches pero por el que pasan personas corriendo, en bici, etc…sale disparado al oler los «regalos humanos» y cogerlo antes de empezar a comer es imposible con su velocidad, cuando llegas ya ha terminado de zampársela.

    Es decir, nuestro Randy tiene preferencia por los excrementos humanos. Hemos intentado motivarlo con multitud de premios, juego y nada…para él es un auténtico manjar y como bien dices, llegamos a la conclusión de que es un tema de «gustos».

    El problema viene después ya que suele tener diarrea al día siguiente sin contar con los posibles parásitos que conlleven dicho menú aunque vaya protegido.

    Hemos llegado a pensar en ponerle un bozal pero antes me gustaría encontrar técnicas para evitar esta última solución.

    ¿Se te ocurre algo más que hacer? De momento, hemos tomado la determinación de no soltar la correa hasta que no pasamos la zona de peligro pero claro, corre suelto menos de lo que nos gustaría.

    • Hola Eva!
      Lo que explicas sobre tu Randy es más habitual de lo que puedas imaginarte 😉 Y te creo cuando dices que, aún con premios, no conseguís que el perro os obedezca. Si para él las heces humanas son un manjar, es complicado poder ofrecerle un premio que iguale o supere ese «placer».

      Existen maneras de trabajar el control ante estímulos para mejorar el problema de la coprofagia pero, si quieres mi opinión sincera, la cosa se complica mucho cuando el perro va suelto y no tiene al propietario cerca. Por lo tanto, en tu situación el bozal no sería una mala solución, desde mi punto de vista. Sobre todo porque comer heces, como bien comentas, pone en riesgo al perro ya que puede parasitarse.
      Si pudiera hablar contigo, y ver al perro, te comentaría varios ejercicios para trabajar soluciones antes de optar por el bozal, pero ya te digo que en otros casos que he encontrado similares al de tu perro Randy, la opción es, o bien llevar al perro súper controlado (con la orden de «junto», por ejemplo) a nuestro lado, o bien atarlo, o bien colocarle un bozal. Si queréis que pueda ir suelto, esta última alternativa no me parece mal.
      Eso sí, si optáis por el bozal, que sea de cesta porque los de tela no les dejan jadear y, por lo tanto, no son recomendables.
      Espero haberte podido ayudar.
      Un saludo y suerte con Randy! 🙂

  2. holasoy siva asi le llamamos a mi perra pastor alemán pues yo donde vivo tengo muchos pinos pues tienen muchos nidos de palomas y mi perra se come la palomina y claro no casi come pienso me recomendaron darle sales de litio ten dria algún resultado.

    .

  3. Buen artículo, pues es un problema que le pasa a muchos perros. Pero no me parece apropiado tu idea de poner agua oxigenada… si tan positivista eres deberías saber que el peróxido de hidrógeno es tóxico y puede provocar quemaduras en el aparato digestivo. No me parece nada bien que lo des como opción pues es una barbaridad. Y luego que se le ponga un bozal tampoco es una solución, sino un parche al problema. Para los casos en los que el animal anda suelto no hay mejor herramienta,PARA PROFESIONALES, y no etólogos o veterinarios que un collar de impulsos, que también tienen sonido y vibración. Y a distancia, una vez el perro acostumbrado a llevar el collar durante un tiempo para que no lo asocie a la nueva sensación, se puede activar cuando va a realizar la acción, haciendo que esa asociación-objeto solucione el problema fácilmente, sin necesidad de tener que llevar al perro con bozal toda su vida y sin haberle echo ningún tipo de daño, con una simple vibración se hace que se distraiga y podemos llamarle y volver a redirigir esa mala conducta. Que hay que saber utilizar estas herramientas y conocerlas, es básico, que las tiene que utilizar un adiestrador canino para no cometer errores y explicar al dueño su utilidad, gran efectividad y su nulo daño, es básico. Que hay que quitar de la mente que un collar de impulsos da una descarga electrica que daña al animal, es básico, tiene esa posibilidad SI. Pero tiene muuuuchas más que son con las que hay que jugar, con la vibración (10 niveles de intensidad) y con el sonido (niveles de volumen), para desviar la atención a distancia en malas conductas,también hay 100 niveles de intensidad eléctrica. Siempre digo que es una herramienta extraordinaria y muy efectiva, pero tiene que trabajarla un profesional con referencias, por supuesto siempre respetando al animal, se ha evolucionado muchísimo en las herramientas caninas.

  4. Gracias por la informacion me estaba volviendo loca pensando que podria tener algo grave y el veterinario no le daba importancia mil gracias

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